Con cada Luna Nueva, nuevo año o una nueva etapa que abordamos, siempre llegan los nuevos proyectos que queremos manifestar a lo largo de este nuevo Ciclo Creativo. A mi me encanta comprar mi nueva agenda anual a finales de Noviembre y con entusiasmo voy rellenando los espacios en blanco con mis ideas y buenos propósitos. Muchos de estos propósitos nacen de una genuina necesidad de cambiar algo en mi vida o mejorarlo, otros nacen del corazón y puede que no tengan lógica, pero me gusta expresarlos. ¿Te pasa a ti lo mismo?… entonces bienvenida al Club…. Nos embarcamos en una aventura de 365 días que esperamos sea fructífera y llena de oportunidades profesionales. Nuestra lista es larga y de gran contenido ….
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Terminar de escribir el libro que comencé el año anterior….
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Abrir un Blog…
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Crear una página Web nueva…
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Diseñar dos nuevos Cursos para mis alumnas….
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Organizar una charla por mes para darme a conocer….
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Grabar una serie de vídeos para mis clientas ….
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Contratar a una Mentora…
Y cuando leemos la lista nos sentimos motivadas y llenas de energía para llevar a cabo cada uno de estos proyectos ¿Verdad?…… luego las circunstancias comienzan a actuar y ocurre lo que ocurre: que comenzamos a olvidar alguno de ellos y a dejarlos aparcados en la carpeta de Proyectos.
Y ¿por qué ocurre esto? por variadas razones, pero las más comunes son:
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Porque no priorizamos y nos abrumamos por todo lo pendiente.
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Porque no creamos un plan viable que nos ayuda paso a paso a manifestar lo que deseamos.
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Porque algunos proyectos no nacen de los verdaderos deseos de nuestro corazón y al final los abandonamos.
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Porque nos dejamos arrastrar por el más sencillo, dejando para después lo que sabemos que nos puede transformar más profesionalmente por miedo a brillar.