Todo lleva su tiempo. Y en esta etapa de mi vida, me encuentro muy satisfecha de haber aprendido a reconocer y respetar mis ritmos internos de funcionamiento. Algo que hace unos años desconocía y que me pasó factura más de una vez. Me forzaba a realizar determinadas tareas, incluso sin comprender el porqué las hacía y además, cuando no las hacía, me sentía culpable. Hasta que la madurez, me abrió los ojos.

Y es que ha sido una liberación interna descubrir que la disciplina férrea, ya sea en la vida, en la espiritualidad o en los negocios, no es mi manera de funcionar.

Soy disciplinada, no cabe duda, pero a mi estilo. ¿Y cómo lo sé?, por los resultados que obtengo. Observo cómo mi disciplina interna me ha ayudado a desarrollar el equilibrio en relación a mi cuerpo, mi hogar, mi espiritualidad, mi trabajo y mis relaciones.

Y es que la Espiritualidad Femenina me ha enseñado que TODO es cíclico en nuestra existencia humana y que la clave del aprendizaje está en saber cómo manejarse dentro de estos ciclos, sin culpa y sin dejarse arrastrar por lo que se dice de “cómo han de ser las cosas”.

Lo más valioso que tenemos es la libertad de elegir nuestra actitud frente a los retos de nuestra existencia y la capacidad de adaptarnos a lo que la vida nos va presentando, con la menor resistencia posible. Por eso, cuando la disciplina férrea quiere tomar el control de nuestra vida, quizá tendríamos que revisar estos dos aspectos:

? UNO si nace de nuestra propia naturaleza interna (con lo cual es perfecto para nosotras).
? DOS si simplemente la hemos establecido porque nos han dicho que es la única manera de conseguir nuestros objetivos.

El primer aspecto será satisfactorio para nosotras, ya que estará alineado a nuestro estilo de vida y por lo tanto, será una vía de realización para nosotras.

El segundo aspecto nos traerá insatisfacción y culpa, porque cuando no seamos capaces de mantener esa disciplina, sentiremos que hay algo mal en nosotras.

Así que aquí va mi invitación de hoy: encuentra un estilo propio de hacer las cosas, en la vida, la espiritualidad y los negocios. Y no abraces la culpa si haces las cosas de manera diferente a los demás. ¡Esa es tu grandeza!

Porque al hacerlo, sin duda estarás honrando tu naturaleza interna.

En Conciencia y Abundancia
Carmen Paz